Noticias y novedades

Lilo, el que siempre será mi primer perro.

Hace dos años otro miembro de nuestra familia también se marchó. Lilo me acompañó durante casi 13 años de mi vida. La historia de Lilo es preciosa, ya que fue mi primer perro, aquel con el que inicié una etapa de amor incondicional hacia estos pequeños peludos (y al contrario). Llegó a mí cuando apenas contaba con 40 días de vida. Siempre había tenido un sueño: el independizarme y adoptar un perro. Cuando al fin pude concluirlo iniciamos juntos un camino que nos llevó a vivir en diferentes hogares, a visitar mil sitios, y viajar mucho… En todos esos años lo máximo que se nos separamos fueron 5 días, debido a que tuve que irme de viaje.

 

Rumba y Foca con Bego

 

Lilo también fue el motivo de otra alegría para mí, ¿cuál? Pues que fue el padre de Rumba, perrita que cuidó y quiso como a mí. Su amor incondicional era tan ilimitado y se expandía tanto que no tuvo reparos en compartirlo también con Foca, quien llegó tras la muerte de Rumba. Es cierto que no daba muchos besos. Era uno de esos perros que con la mirada sabía cómo te sentías y se acercaba a ti, para apoyarte en lo que necesitabas. También era tan fiel que jamás se iba con nadie que no fuese yo.

Lilo me enseñó miles de cosas, que aún atesoro. Supo cómo consolarme cuando Rumba murió y de eso jamás me olvidaré.

Él es un ser del que me acuerdo todos los días, y me seguiré acordando, debido a todo lo que me enseñó. No pasa un día en que esto o aquello haga que se me venga una sonrisa recordando su actitud o sus posturas. Supo ser y estar conmigo como un compañero tan leal que mi amor por los perros nació para ir aumentando con los años. Ahora Foca y Ratón forman parte de mi vida, y con ellos, todo lo que aprendí de Lilo y Rumba.

 

Lilo y Rumba con Bego

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *